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29 de junio de 2009

Carambolas

Si me dieran a elegir, los elegiría sin dudarlo. Sin embargo, la historia de que mis dueños me eligieran a mí es una historia más bien confusa. Me gustaría pensar que siempre quisieron tener un perrito como yo, un cocker rubio y más chulo que un ocho, pero no es así.
El comienzo de la historia es muy sencillo, tenemos a una pareja de maduritos, Camilo y Alicia, que emprenden una vida juntos y que esperan sea muy feliz, a ambos le gustan los perros, pero sólo uno, ella, quiere tener perro, él no quiere, el casero del piso en el que viven tampoco quiere. Llegados a este punto sin salida, ella se consuela mirando las páginas de las protectoras y buscando anuncios de animales con fotos, así pasa horas durante meses, viendo fotos de perritos y soñando con tener uno de ellos, cualquiera le vale. Toda las fotos se las va enviando al correo electrónico de su pareja, sin desistir, día tras día durante meses, la muy puñetera, hasta 5 correos diarios con fotos de perros adorables y mirada tierna. Evidentemente, eso no hay ser humano que lo resista sin que se le ablande el corazón, y ahí fue cuando Camilo durante un paseo y tras cruzarse con un cocker dijo las palabras clave que me pondrían a mí en el camino de sus vidas, dijo algo así: “si tuviera un perro, lo más pequeño que aceptaría que fuera sería un cocker, es un perro precioso y simpático para su tamaño”. Alicia sólo le contestó, “sí, es verdad, son muy bonitos”, pero dentro de su cabeza los cielos se habían abierto, sonaban campanas y a lo lejos cantaba un coro: Aleluyaaa!!!. Camilo aceptaba tener un perro, un perro en concreto, pero en definitiva un perro. Ahora sabía el camino, sólo había que hilar fino y la oportunidad perfecta no tardaría en llegar.
El viernes 6 de julio de 2007 se publicaba, en una página de anuncios por internet, una foto de mi mamá, conmigo y mis hermanos, teníamos una semana de nacidos y buscaban dueños para nosotros. Mi mamá estaba guapísima en la foto, su mirada noble y limpia traspasaba la pantalla y cuando Alicia la vió, supo que era ella, sólo ella, la que podía terminar de doblegar el corazón a Camilo. Le envío la foto al correo electrónico. Cinco minutos después sonaba el teléfono, era él: “Venga, sí, ¿quieres uno de esos perritos? Pues vale, sí,”. Ese momento es inolvidable, ese momento en que toman la decisión y hablan rápido y se preguntan y se responden, y se ríen y se vuelven a preguntar si están seguros y se vuelven a decir que sí, que quieren a uno de esos perritos, ese momento es uno de los más felices de sus vidas ... pero entonces .... ella dice, una hembra, y él que no, un macho, y ella dice que prefiere hembra y él que no, que ya tuvo una, y ella que no, que ha tenido 4 machos, que no y que no, pues tú verás, pero hembra no, ¿hembra no? ... bueno, vale, que voy a llamar enseguida, bien, ah, y que sea dorado, .... ¡jolín, parece mentira, te recuerdo que tú no querías tener un perro!. Cuando Alicia llamó, todas las dudas estaban aclaradas, las conjunciones planetarias se habían aliado conmigo, el único resultado posible de esas decisiones era yo, el menda, el único macho dorado de toda la camada.
Después hubo que convencer también al casero, pero eso dice Alicia que fue muy fácil, mucho más que convencer a Camilo que le llevo varios meses, el tiempo necesario para que viniera yo al mundo.

19 de junio de 2009

Mi cumpleaños ideal

Se acerca mi segundo cumpleaños, ...qué rápido pasa el tiempo. Hace poco le oí comentar a Camilo que según un cuadro comparativo de edades perrunas y humanas que vio en la clínica veterinaria, un perro de tamaño mediano, como soy yo, de dos años de edad, sería algo así como un humano de 23. Y entonces, después del comentario, los dos me miraron y se emocionaron, es que ya soy todo un mozo. El año pasado no se olvidaron de mi cumpleaños, pero la verdad es que no hicieron nada especial para celebrarlo, sin embargo este año he oído rumores de tartas y restaurantes, cosas estas que no me parecen nada mal, pero aún así voy a atreverme a sugerir lo que realmente me gustaría tener el día de mi cumpleaños.

Me gustaría hacer una fiesta en casa para perros y humanos, me gustaría que vinieran todos los perritos del vecindario y también todos los coleguitas cockers del foro, por supuesto todos sus dueños estarían invitados. Pondríamos una piñata llena de galletas, tiras de bacon, orejas de cerdo, patitos de goma y funtastics (es mi golosina preferida), y claro serían nuestros dueños los encargados de romperla, pero nosotros los encargados de rapiñarla. Me gustaría que pusieran una piscina inflable llena de agua para los que gusten de darse un remojón, sobre todo para que se bañen las perritas, ... ¡es que están tan lindas todas mojaditas!. También sería una pasada poder contar con una pista americana o un castillo hinchable de esos que sólo dejan usar a los niños, pero que siempre me han producido un desconsuelo tremendo porque me da que tiene que ser una pasada correr por ahí y mucho más morder todo ese plástico junto. Y por supuestísimo que para comer he pensado en un menú conjunto, algo que podamos compartir perros y humanos, sin andar con tonterías, que un día es un día y ya comeremos pienso el resto del año. Este es el menú:

Espero que esta sugerencia no caiga en saco roto y si no es posible para mi segundo cumpleaños sí que me gustaría algún día poder permitirme dar esa fiesta, sería el anfitrión más feliz del mundo, y si además todos vienen con un regalito, mejor que mejor.

11 de junio de 2009

Comunicado de baja temporal

Estimados lectores, como algunos ya saben, el pásado sábado 6 de junio, el autor y administrador principal de este blog sufrió un percance propio del típico “chuloplaya” cuando se dedicó a hacer derrapes y otras tonterías, en una playa de piedras, para impresionar a una guapísima cocker rubia que, por lo demás, no le hacía ni caso y seguía muy ufana jugando con su pelota. Como consecuencia de estos alardes, Lennon sufre una rotura parcial del ligamento anterior de la rodilla trasera izquierda, lo cual le origina una cojera que, aunque en primera instancia era continua y bastante acusada, con el paso de los días y gracias a la medicación se ha convertido en intermitente, aunque aún es notoria. Su veterinaria le ha prescrito reposo absoluto y le ha marcado una pauta de medicación que combina antiinflamatorios y relajantes musculares durante 15 días. Es por todo esto que, lamento comunicarles nuestra decisión de darle de baja de sus obligaciones con este blog mientras dure su recuperación, no tanto porque el estado de su pata le impida teclear, sino más bien por el profundo estado de somnolencia y la consecuente disminución de cualquier tipo de actividad intelectual y creativa que le provocan las pastillas que está tomando. Un saludo cordial de los dueños de Lennon (Camilo y Alicia).

4 de junio de 2009

Reflexiones de un perro en un día de calor


Ya han llegado los días sofocantes y de mucho calor. Lo llevo fatal. Esta mañana salí a pasear y hacía tal bochorno que no me daban ganas de ná, ni de olisquear, ni de jugar, ni de levantar la pata, cualquier pequeño esfuerzo me parecía agotador bajo el sol, así que opté por buscar la sombra que daba un letrero y echarme un ratito para desesperación de Alicia, porque esta mujer siempre que me saca de paseo y no cago se desespera, a mí no me parece normal. De hecho, me llama mucho la atención la tremenda obsesión que tienen los humanos por nuestras deposiciones, una obsesión enfermiza, nos hacen fiestas cuando cagamos y luego nos recogen las cacas meticulosamente y las guardan en bolsas, en ocasiones incluso los he visto observarlas de forma minuciosa antes de recogerlas, además se pueden pasar horas hablando con los dueños de otros perros sobre este mismo tema, sobre la consistencia, el color y el olor de nuestras cacas. Increible. Increible y vergonzoso, porque anda que no da corte estar metido en faena y tener a tus dueños con el ojo clavado y eso si no está todo el grupo de dueños reunidos y comentando la jugada: “Mira, ya va a cagar el Lennon” “Qué suerte porque el mío no ha cagado aún” “¿Y por qué tiene ese color tan rojo? ¿Qué le das de comer?” “Está malito porque las veo un poco blandas”, ... pero coño, un poco de empatía, señores, pónganse en mi lugar, uno hace lo que puede. Mis dueños siempre dicen que se me pone cara de tonto cuando cago, hombre, como para no poner cara de tonto con ese panorama alrededor.
Bueno, el caso es que esta mañana hacía tanto calor que no cagué y ahora estoy aquí en casa, tumbado en la cama, pensando en estas tonterías y me están dando ganas, pero me voy a aguantar porque no me apetece volver a salir a la calle hasta que no refresque.

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