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12 de febrero de 2010

Tabaiba, 1 de febrero de 2010


 Tabaiba desde el cielo

Llevaba todo el día extraño, mis dueños me miraban y no entendían mi desgana. Por la mañana salí a pasear con Alicia en un ratito en que la lluvia dio tregua, pero como no llegué a cagar se quedó intranquila, ella, yo no, a mí lo que me genera intranquilidad es que se empeñe en que cague sin ganas. Ese día no fueron a trabajar y estaban bastante fastidiados por el hecho de que justo su día de fiesta hubieran decretado alerta meteorológica. A las 4 de la tarde volví a salir a la calle con Alicia, los dos con chubasquero pues no dejaba de llover, ... los dos con chubasquero colorado, causabamos sensación, ... menos mal que no se veía un perro por los alrededores, o mejor, menos mal que no me veía con esas pintas ningún perro de los alrededores. Cuando no llevábamos ni 2 minutos de paseo la lluvia cambió, arreció. A mí la lluvia no me desagrada, pero era tan fuerte y producía tanto ruido que miraba a Alicia desconcertado esperando su decisión. Nos volvimos a casa corriendo.
Durante la hora posterior siguió lloviendo con igual fuerza y estruendo. Se fue la luz. Mis dueños se asomaban regularmente a las ventanas de la terraza y la habitación y su actitud era bastante nerviosa. En varias ocasiones llegaron a abrir la puerta del pasillo para comprobar la fuerza del agua a través del patio interior al que da. A las 5 y cuarto se oyó el primer taponazo e inmediatamente un segundo golpe muy fuerte. Abrieron la puerta del pasillo, sólo se veía la cortina de agua y el ruido que producía al caer. Un cuarto de hora después empezaron los gritos. Estaba acostado en el sofá y me sentía intranquilo y asustado, quería que acabara el ruido y el movimiento incesante de mis dueños por toda la casa. Desde que oyeron los gritos de los vecinos, salieron al pasillo, ni me moví en contra de mi costumbre de ir a curiosear con ellos cuando salen al pasillo. Alicia volvió corriendo y cogió los escobillones. Levanté el hocico y noté perfectamente el olor de la tierra mojada. El agua y el barro bajaban en torrentera por la escalera y además enfrente de nuestro pasillo caía una cascada desde la terraza del 8º. Imagino que resulta extraño de entender: vivimos en el piso 7 y ¿nos estamos inundando?, pues sí. La calle está en el piso 11 y en el piso 1 está el mar. Nuestro edificio está “adosado” a un acantilado. Pinchar en los enlaces para salir de dudas sobre lo que estaba pasando ;-)

Tabaiba 01/02/10 - video 1

Tabaiba 01/02/10 - video 2

Se parapetaron en la puerta de la casa y entre los dos empezaron a empujar el agua con los escobillones intentando evitar su entrada. Después de unos minutos, Alicia volvió a entrar me cogió en brazos, corrió conmigo a la habitación, me dejó encima de la cama, cerró la puerta y la aseguró por fuera con toallas y todo tipo de trapos. Allí me quedé, a oscuras y preocupadísimo. No había pasado ni 5 minutos cuando oí la voz clara de Camilo gritar: “Coge a Lennon y vamos a salir de aquí ya!!!”. Cuando Alicia abrió la puerta y vino a por mí, estaba todo mojado, era horroroso. Siempre he sido un perro más bien fino y delicado para estar mojándome y el panorama que se presentaba ante mí era de lo más descorazonador. El agua me cubría las patas y además estaba pringosa, arg. Me bloqueé. No avanzaba ni p’adelante ni p’atrás. Desde aquí os digo amigos humanos propietarios de mascotas: si estáis esperando que un perro como yo os salve la vida, vais aviados!!!
Me sacaron en brazos corriendo, el agua por sus rodillas, fuimos hacia la escalera y ... “no way”, era imposible intentar subir, aquello era un río rápido y subir era ir contracorriente, vuelta atrás y nos vemos a otro vecino, sólo, en el pasillo, ¿por dónde salimos?, por el muro que da al edificio contiguo, el de los garajes ... ¿qué dicen estos locos?. Allí que se fueron los tres conmigo en brazos, se subió el vecino al muro que da a un patio interior con caída de dos plantas, se aferró al muro de enfrente, avanzó un poco y en una ejecución perfecta saltó al otro lado. Qué bien, ¿ahora a quien le toca?. El perro, grita, pásame al perro. La madre que lo parió. Me cogió Camilo con fuerza por la parte superior del arnés, la otra mano en mi barriga, se asomó todo lo que pudo al muro y dios sabe cómo pudo dejarme en los brazos también estiradísimos de aquel hombre que me esperaba del otro lado. Uf, pa haberme matado. Luego el muy cabrito va y me suelta en el suelo, el fango me llegaba al cuello. La siguiente fue Alicia, que estuvo valiente pero lenta desde mi punto de vista, al contrario que Camilo que de un paso ya había salvado el escollo. Luego escaleras arriba corriendo hasta que salimos al edificio de garajes, corriendo todos, porque a mí dejaron de llevarme a lo señorito y tuve que bregar con el agua y el barro como todos.
Arriba estaban ya casi todos los vecinos, los de nuestro edificio y los del edificio de al lado, también estaban sus mascotas, entre ellas mis dos mejores amigas: Luna y Miflor, ambas habían perdido sus casas. Mi dueña no podía creer lo que le contaban sus dueñas, el agua entró al edificio rompiendo los muros laterales de las viviendas del piso 8 y 9, justamente donde viven Miflor y Lunita. La desolación y el desconcierto que sentíamos todos era total.

Después hemos vivido una semana rara, a mí me “realojaron” en casa de la mamá de Alicia y allí esperaba que a las horas normales vinieran a sacarme de paseo, siempre venían cansados y con las botas llenas de barro, así durante días. Al fín el sábado aparecieron y me montaron con ellos en el coche, volvíamos a casa. Todo estaba raro allí, movido de sitio y aún había un persistente olor a tierra que me tuvo entretenido durante un buen rato olisqueando. Por lo visto el barro y el agua habían cubierto por completo el edificio, anegando todas las viviendas, desde la planta 10 hasta la 5. Ahora intentamos llevar una vida normal, pero el ambiente es un poco raro, y entre todos los vecinos hay un sentimiento de tristeza y de temor que va a costar mucho que quede atrás. 
 Mi transportín y mis juguetes llenos de barro

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Madre mía Ali, vaya susto más horroroso, menos mal que quedó en eso.

Un abrazo y espero que ahora estéis dentro de la normalidad porque este año el invierno parece que no se acaba

Nat (Bicho)

Lennon dijo...

Posí, todavía tenemos el susto en el cuerpo y la casa a medio arreglar, pero afortunadamente ya llevamos una vida normal. Lennon es el que mejor está, la palabra "trauma" no está en su diccionario, él superfeliz desde que volvió a casa.
Por nuestra parte, ahora cuando vemos las imágenes de lo que sigue pasando en Andalucía o la tragedia que ha sucedido en Madeira tan cerquita de aquí, sentimos mucha pena por toda esa gente que le ha tocado vivir una situación parecida o aún peor. Aunque parezca superficial, también pienso a menudo en todos los animales que se ven afectados por estas situaciones y lo complicado que resulta para ellos salvarlas solos: mascotas que quedaron solas en casa (algunas enjauladas: hamsters, conejos, hurones,...), perros guardianes de fincas que suelen estar atados, animales en cuadras y establos, uf, pobrecillos ...
Un saludito y gracias por interesarte por nosotros, Nat.
Alicia.

Raisah dijo...

Hola Ali no lo puedo creer debio de ser horrible, no puedo imaginar lo mal que lo pasariais, me alegra saber que ya estais en casa y que estais todos bien, muchos animos y espero que todo vuelva a la normalidad lo antes posible.

Un abrazo.

Nara A.

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